Una ética mundial podría ser necesaria para que todas las
religiones se unan y se pongan en común todas aquellas cosas que las religiones
quieran mantener y las demás quieran aceptar, por lo que habría un gran acuerdo
mundial entre las distintas religiones lo cual podría hacer que no hubiese
distinciones ni abusos por pertenecer a una religión diferente al resto.
Para conducirse de forma verdaderamente humana vale ante
todo aquella regla de oro que, en el transcurso de milenios, se ha ido
acreditando en muchas tradiciones éticas y religiosas: No hagas a los demás lo
que no quieras para ti. Un principio que tiene un planteamiento positivo: Haz a
los demás lo que quieras que te hagan a ti. Esta debería ser norma
incondicionada, absoluta, en todas las esferas de la vida, en la familia y en
las comunidades, para las razas, naciones y religiones.
El proyecto de ética mundial se
articula en torno a tres grandes afirmaciones: 1. “No hay supervivencia sin
ética mundial” 2. “No hay paz mundial sin paz religiosa”. 3. “No hay paz
religiosa sin diálogo entre las religiones”. El tono musical, admítase, es
netamente religioso si bien el programa está abierto a otras perspectivas como
algunos textos de este volumen parecen confirmar. Lo que se viene a señalar
insistentemente es que no es posible eludir la búsqueda de valores, finalidades
y actitudes comunes a toda la humanidad, sin que ello comporte ningún
menosprecio de las diferencias culturales o religiosas realmente existentes,
que obviamente en ningún momento se aspira a anular o superar.
¿Qué es eso del tono musical, o los textos de este volumen...?
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